Hola mi amor, te digo así porque fuiste un gran amor en mi vida, el
primero. Empezaré esta carta contando nuestra historia desde mi
punto de vista ¿vale?, bueno pues recuerdo el día en que nos
conocimos, en la graduación de mi prima, en julio, primero te vi en la
casa de mi abuela y me puse muy nerviosa, luego en la fiesta nos
sentamos en la misma mesa, que gracioso saber que después de ese
día todo cambiaría y nosotros ni en cuenta. Fui valiente y te hablé,
hablábamos por horas, siempre después de las tres de la tarde, y me
acuerdo que empezamos a hablar en octubre, vaya coincidencia ¿no?,
en fin, me encantaba hablar contigo, no había problemas, nos
estábamos conociendo y nos hicimos amigos. Tenía mi rutina, la
recuerdo muy bien, llegaba de mi escuela, comía, escuchaba muisca y
luego directito a ti, el hilo rojo se reforzaba amor, nosotros no lo
sabíamos. Después de un tiempo me dijiste lo que causó problemas
en nosotros, tendrías un bebé, si me asusté y me saqué de onda,
¿Quién no?, que a los quince apenas conociendo el amor y que el
chico que te gustara tuviera tremenda responsabilidad asusta, y
mucho, pero luego estabas tú, y yo ya me había enamorado de ti,
nuestro hilo rojo resistió el peso de la noticia, y te acepté tal cual. Fue
muy lindo, tuvimos muchas experiencias bonitas, yo era una niña y no
sabía nada pero me esforzaba mucho para hacerte feliz, afronté mis
miedos e inseguridades y te quise mucho. Nunca te dije te amo por
miedo, no sabía que tanto significaba amar a alguien, ahora lo sé, sé
que te amé. ¿Recuerdas nuestro primer beso? ¡Me lo robaste! Fui a
una fiesta en una quinta y después de estar platicando, ante la atenta
mirada de mi primo, fuimos al estacionamiento, tenía miedo de
besarte, pues no tenía mucha experiencia y después bah! Tú me lo
robaste, espero haya valido la pena, después de tal robo te besé.
Nuestros días juntos eran bonitos y tranquilos, viendo pelis o
simplemente hablando, a veces pasábamos de las películas y nos
entreteníamos jugando. Casi no nos enojábamos todo iba bien. Amor
recuerdo muchas cosas que no acabaría de contártelas, también
recuerdo nuestros primeros problemas y en cómo terminó todo. La
única vez que lloré por ti fue cuando te enojaste porque yo había
salido con mis primas en Bustamante un baile y tu pensaste que
había ido con alguien más, quizás tu no lo recuerdes pero yo sí, lloré
mucho, y una noche me bastó para no volver a llorar por ti. Nuestras
conversaciones se hicieron monótonas, tenías muchas
preocupaciones, hasta tal punto lo entendía pero necesitaba más de ti,
nunca te lo dije porque no quería preocuparte más de lo que ya
estabas, pero me faltaba más. Todo empeoró cuando tuviste que
empezar a trabajar y estudiar al mismo tiempo, fue muy duro para ti y
yo te quería apoyar, espero y lo haya logrado aunque sea un poco, tú
eras mi universo en ese momento y lo que más quería era estar ahí
para ti y que estuviéramos bien, pero tú me alejaste mi amor, pensé
mil cosas, que no era suficiente que tú querías algo más, que era un
peso en tu vida que no podías soportar qué sé yo, y nos dejamos de
una manera tan tranquila, todavía lo recuerdo. Te había hablado un
viernes con la esperanza de poder contarte mis planes y los que hice
en el día y que tú me contaras los tuyos, que compartieras conmigo,
pero tú me dijiste “no quiero hablar, ando muy cansado” y tal cual me
colgaste, pero en fin lo que te iba a contar era de los planes que había
hecho con mis amigas, que queríamos ir a la disco y cosas así, pero
como ya no supe de ti no pude avisarte, al día siguiente me hablaste
justo antes de salir y te enojaste porque no te había contando, luego
traté de explicarte pero no me dejaste, al final solo me dijiste
“necesitamos tiempo” y así acabo todo. No mentí cuando te dije que
ya no había llorado más por ti, pues al terminar lo que teníamos no
lloré y nunca lo hice, fui tan orgullosa como para guardarme todo lo
que sentía, lo guardé en lo profundo de mi corazón hasta hoy, te lo
confieso me dolió mucho, me dolió saber que de nada me sirvió todo
lo que hice para y por ti, me sentía menospreciada por la forma en que
todo terminó, por teléfono, a nadie se lo he contado pero me rompiste
el corazón y desde ahí no volví a ser la misma, quizás no fue para
tanto pero para mí sí, con todas las inseguridades que tenía. Me hice
daño tiempo después, me aleje de la gente, me escondía detrás de
una persona que no era, de alguien que le valía todo. No sé qué tal fue
para ti… Después supe que habías sido papá y me alegre mucho mi
amor, tenías tu propia familia, el sueño de todas las personas, tu bebé
estaba hermoso. Yo ya no supe más de ti, conocí más gente, me
enamoré, me rompí el corazón, pase momentos felices y tristes sin ti,
te superé, o eso pensaba yo. Tiempo después apareciste de nuevo, no
recuerdo cómo pero para luego ya hablábamos por correo, en octubre
más o menos, me contaste que estabas solo y ya tenías otro hijo más,
volvimos a caer mi vida, pero se volvió a esfumar. Y ahora volviste de
nuevo, ese hilo rojo que ha soportado los años, los problemas, la
distancia, todo. No sé que vaya a pasar pero hoy estamos aquí
compartiendo de nuevo, sin saber qué futuro nos espera. Eres mío mi
amor, siempre lo serás, me recordarás por siempre, te lo dije, no
importa con quién estés, a quién beses o abraces yo estaré en tus
pensamientos, siempre.
El hilo rojo, amor.
Siempre.